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Entras en un taller de poesía donde no hallarás ningún maestro; tan sólo un alumno con vocación de no dejar nunca de ser alumno.

18 jul 2011

Celebración

    
  
  
   
  
... Así habitamos un territorio
con el delirio del fugitivo
que se dispone a levantar
una casa ...
(“En vez de ley”, Miguel Suárez)
  
1.-
   
Viento de verano enfilando laderas
en un pequeño valle.
Olor a mies y a tierra.
Un renovado manto  -polen sobre raíces.
Chopos altos, enormes.
   
Celebración para las almas (no aniversario).
   
2.-
   
Vibran las copas: millares de cascabeles.
Sonora y dócilmente crepitan las alturas,
como música nueva.
   
Y arrebolada palpitación hasta los labios.
  
Celebración para oídos, para arterias.
   
3.-
   
Viaje inconcluso, en ese instante corpóreo.
Viaje inconcluso para los sueños de azúcar
de un tiempo ya maduro.
   
Paradoja entre júbilo y tristeza.
   
Celébrense siempre los motivos de júbilo:
sea leve, vivir.
   

9 comentarios:

Humberto Dib dijo...

Una celebración a esta vida, con lo mejor que tiene... y sus durezas.
Un gran abrazo, amigo.
Humberto.

veintiuno dijo...

Celebrar esta explosión de vida, es unirse en un todo a ella. Unas veces arriba y otras, como no, abajo.

Saludos, Luis.

Gabriel Palafox/francisco R. Tejedor dijo...

Ah, la naturaleza, todo está en ella. Lo que puede decir, cuando escuchas en silencio, un rumor de chopos mecidos por el viento. Al chopo hay que mirarlo desde lo alto, aunque es tan difícil. Un chopo es como un ave, con todo su plumaje/ramaje ordenado en armönica belleza. Una obra maestra. Y nuestra alma atormentada necesita de vez en cuando regresar a lo simple, a lo bello, a lo inocentemente, aparentemente, natural. Alguna vez fuimos sencillamente bellos. Sencillamente inocentes: cuando fuimos dioses, o como dioses. A mí, este poema de nuestro amigo Luis me lo recuerda, con esa mezcla de júbilo y tristeza, de alegría y nostalgia. Yo me quedo con lo primero que, seguramente, es lo que nos grita el chopo desde hace millones de años. Yo me quedo con saber que eso, volver a ser dioses, siquiera por un momento, es posible. Gracias, Luis, por recordárnoslo en este magnífico poema.

Albada Dos dijo...

Celebro la vida que late en cada silencio que escucho, en cada palabra que digo,leo,oigo o intuyo. Celebro contigo el arte, duro e incruento de estar vivo. Duro y cruel alguna vez
Una belleza.
Un abrazo

Luis Nieto del Valle dijo...

Saludos y agradecimientos a todos, por vuestras visitas, Humberto, Veintiuno, Francisco y Albada. He estado unos días en un lugar donde no me llegaba internet, pero en breve me pondré al día de vuestros blogs.

Francisco, en mi opinión, sólo son "como dioses" los adolescentes. En la medida que maduramos y tomamos conciencia de ser "como hombres", como seres limitados, son los dioses quienes nos envidian. Si fuésemos inmortales, seríamos insensibles, pues lo bello está asociado a la condición de efímero. Esta reflexión no es propia: una vez la leí, la pensé, y me convencí.
Un placer saludaros y hablar de estas cosas...

MJ dijo...

Celebremos la vida en toda su dimensión porque estamos vivos (que no es poco)

Un abrazo.

Simplementeyo dijo...

Hola, soy quién tu piensas :)
Me está llegando ese viento de verano tan cálido y esos olores tan peculiares que nos trae, llegan hasta mi casa en forma de poema:)
¡¡Genial, tu entrada!!
Voy a ver si fisgoteo un poco más, así que pon una silla que me quedo por estos lugares a seguir oliendo a verano :)

Besitos y sonrisas aireadas :))

Luis Nieto del Valle dijo...

Saludos con todo el cariño, MJ. Ya he visto que no paras con tus fantásticos palíndromos :-))

Luis Nieto del Valle dijo...

Para Simplementeyo, un abrazo de bienvenida como nueva seguidora del blog. Gracias por tus apreciaciones: no sé si es tan genial, pero me pone contento el hecho de que te guste. Y espero no te defrauden los demás. Besos.