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Entras en un taller de poesía donde no hallarás ningún maestro; tan sólo un alumno con vocación de no dejar nunca de ser alumno.

29 dic 2011

2012 no es año para focas

Primer texto que no es un poema, sino una reflexión con motivo del cambio de año:

Por quinta vez abrimos nuevo año bajo esa cantinela de “lo peor está por llegar”. O incluso ya no se dice explícitamente: se da por entendido. ¿Hasta cuándo así? ¿Durará hasta que volvamos a saber quiénes somos, en realidad? ¿Hasta que el viento se lleve ese polvillo de moho reseco que dejará la podredumbre de las instituciones, mostrándose incapaces de regenerarse para afrontar el futuro?. Aquí hay dos cuestiones:
    
1) Entiéndase por “instituciones” no sólo su finalidad, que es importante, sino también su sistema de gestión, participación y decisión. Preguntémonos dónde hay carencias severas de: racionalidad económica, transparencia de cuentas, democracia real en su forma de organizarse; y existencia de un sistema de autocontrol interno anticorrupción, limitación de poderes y duración de los cargos; y un código ético que, entre otras cuestiones, rechace el amiguismo y el compadreo; y un compromiso con la sostenibilidad del planeta; y, además de lo anterior  -y muy importante-  una orientación humanista, puesto que el factor humano es el gran olvidado en la actualidad, y su pérdida es la principal causa de fracaso del entramado social, y de la mayoría de las instituciones en particular.
    
Dicho lo anterior, ¿qué institución, sea del tipo que sea, se salva? ¿cuántas nos “tocan” demasiado cerca, tanto por acción como por omisión?. Pensemos en empresas que dejan de ser exitosas; en todo tipo y nivel de administraciones de poder político, y también en los partidos; en los propios sindicatos; en organizaciones religiosas; etc.
    
2) La regeneración no llegará a las “instituciones” si la base social se compone básicamente de ciudadanos que hemos olvidado “quiénes somos, en realidad”, y qué queremos en realidad para nuestra existencia limitada, y de qué forma somos coherentes todos y cada uno de nosotros con algún tipo de compromiso y esfuerzo frente a lo que queremos.
    
Vale, brindemos por 2012, deseémonos salud, amor, felicidad. Pero esta expresión de deseos se quedará en palabras huecas, si no tomamos postura activa en la regeneración de las instituciones que rigen nuestra vida social, política y económica. Urge hacer limpieza. No es el momento de estar acojonados, no somos focas del Ártico esperando la maza de los exterminadores.
   
Lo anterior viene a ser una reflexión general, no sólo debida al ambiente de crisis que azota a Europa y EEUU, o de forma particular a mi entorno geográfico, ya que las 'causas' o las 'deficiencias' son planetarias. Si no hay mejoras en los aspectos antes mencionados, ver cómo se propaga esta 'crisis' en forma de otras crisis, en otras áreas o países, sólo es cuestión de tiempo. Ahora los países son, más que nunca, como "vasos comunicantes". Todos somos responsables.
   
Dicho todo esto, que a cada uno no falte el buen ánimo y la alegría para 2012, pero tampoco le falte la responsabilidad de afrontar correctamente las situaciones. Una cosa no impide la otra.