Poemas que, como lava de volcán, a veces se barruntan; o bien erupcionan sin aviso previo: se presentan. Y entonces yo sólo soy un siervo que ha de prestar sus manos, sus ojos, sus sentidos...
Bienvenida
Entras en un taller de poesía donde no hallarás ningún maestro; tan sólo un alumno con vocación de no dejar nunca de ser alumno.
26 mar 2011
Contrapunto
A veces se desea la llegada del sábado
como un llegar a puerto después de una galerna,
y luego el fin de semana es bocanada de aire para el pez que salta convulso sobre el suelo ante un acuario roto.
4 comentarios:
Cormoran
dijo...
Luis, creo que debes bajar un renglón para no dejar sola "A veces se", que a poco que te despistes no lo ves.
Lo que dices lo he vivido y viviré, es parte de la vida que no sabes porque te sacude con más dureza y crueldad bajo tu propio techo, deseando que llegue el lunes para volver a la guerra de la oficina, menos íntima y por tanto menos cruel.
Tratemos de firmar acuerdos de paz alla donde estemos. Siempre son convenientes.
Gracias, Cormorán. Respecto al contenido, creo que encaja con muchas posibles causas. Puede ocurrir que no haya un problema concreto muy grave, sino un conjunto de circunstancias importantes (o consideradas así subjetivamente, y no necesariamente por todos) que alteran el propio estado interior, debilitándolo. De forma que esperas resarcirte en el fin de semana, donde luego existen otros condicionantes y rutinas (que hasta cierto punto pudieran ser placenteros), y se termina el domingo con sensación de decepción por haberse frustrado otras expectativas. Es algo que, en otras palabras, también he oído comentar a otras muchas personas. Quizá es algo propio de nuestra vida, marcada por unos sistemas y hábitos de producir poco enriquecedores, coronados por unos hábitos de consumir que tampoco enriquecen... y es como si te falta el aire o el agua. Me resultó apropiada la imagen de la bolsa (un medio artificial provisional, en espera de otro destino también artificial) que pierde agua y angustia al pez. Un abrazo
La galerna y el acuario roto son elementos magníficos para identificar la angustia: el mismo elemento, desatado o en tensa y extrema calma, pero en dimensiones y contextos diferentes, de lo externo y distante al espacio interno de lo doméstico... Me parece un acierto. Hacía mucho que no pasaba a verte: sigue siendo un placer. Un saludo
Te agradezco la visita, Juanxxi. Además, con tus especiales análisis sobre el texto (que tengo en alta estima), entras aportando este regalo. Un abrazo
4 comentarios:
Luis, creo que debes bajar un renglón para no dejar sola "A veces se", que a poco que te despistes no lo ves.
Lo que dices lo he vivido y viviré, es parte de la vida que no sabes porque te sacude con más dureza y crueldad bajo tu propio techo, deseando que llegue el lunes para volver a la guerra de la oficina, menos íntima y por tanto menos cruel.
Tratemos de firmar acuerdos de paz alla donde estemos. Siempre son convenientes.
Un abrazo Luis
Gracias, Cormorán. Respecto al contenido, creo que encaja con muchas posibles causas. Puede ocurrir que no haya un problema concreto muy grave, sino un conjunto de circunstancias importantes (o consideradas así subjetivamente, y no necesariamente por todos) que alteran el propio estado interior, debilitándolo. De forma que esperas resarcirte en el fin de semana, donde luego existen otros condicionantes y rutinas (que hasta cierto punto pudieran ser placenteros), y se termina el domingo con sensación de decepción por haberse frustrado otras expectativas. Es algo que, en otras palabras, también he oído comentar a otras muchas personas. Quizá es algo propio de nuestra vida, marcada por unos sistemas y hábitos de producir poco enriquecedores, coronados por unos hábitos de consumir que tampoco enriquecen... y es como si te falta el aire o el agua. Me resultó apropiada la imagen de la bolsa (un medio artificial provisional, en espera de otro destino también artificial) que pierde agua y angustia al pez. Un abrazo
La galerna y el acuario roto son elementos magníficos para identificar la angustia: el mismo elemento, desatado o en tensa y extrema calma, pero en dimensiones y contextos diferentes, de lo externo y distante al espacio interno de lo doméstico... Me parece un acierto. Hacía mucho que no pasaba a verte: sigue siendo un placer. Un saludo
Te agradezco la visita, Juanxxi. Además, con tus especiales análisis sobre el texto (que tengo en alta estima), entras aportando este regalo. Un abrazo
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